Daniel Swarovski era un austríaco que a finales del siglo XIX encontró la forma de cortar cristales con gran precisión. Comenzó a comencializar estos critales entre la alta sociedad europea en forma de incrustaciones en los vestidos de señora. En poco tiempo sus creaciones comenzaron a extenderse y hacerse famosas en todo el mundo.
Los cristales Swarovski emulan piedras preciosas y tienen la particularidad de crear diferentes efectos gracias a sus capas, como el efecto arco iris o aurora boreal.
La marca presenta actualmente dos colecciones al año, tal que grandes marcas de diseñadores. Sus fuentes de inspiración son variadas y la oferta abarca no solo anillos, pulseras o colgantes, sino también bolsos, relojes, incluso zapatos.
En la actualidad sigue siendo una empresa familiar dirigida por los bisnietos del fundador.